martes, 20 de enero de 2015

Historias de pijamas

Hola mis queridos lectores,
La semana pasada os hablé de mis imprescindibles pero me quedaron en el tintero alguno tan importante como es el pijama y del que os voy a contar una historia para que sí queréis os riáis un poco  - aunque la prota soy yo os concedo esa licencia jejeje- y así desestresamos un poco después de una larga tarde de estudio.


El pijama es para mí como una segunda piel - a pesar de que lo mudo todos los días; no vayáis a pensar que no me ducho ni me lo cambio. El pijama forma parte de mí no como un apéndice sino que está en mí como algo tan innato que llego a olvidarme que es un objeto a tener en cuenta entre los imprescindibles y a tratarlo como  algo que "viene de serie"  en nuestro cuerpo como los ojos, las orejas, la boca y el resto del cuerpo en lugar de tratarlo como una cosa. Y es que la relación que me une a los pijamas es muy especial. Va más allá de una simple relación con el estudio - pues siempre estudié en pijama o con ropa de chándal- sino que desde el día en que me quedé en pijama en medio de una Avenida llena de gente....  la relación se consolidó - jajaja-.

La historia fue así:
Doce de la mañana de un sábado nublado de 2004. Mientras la calle estaba llena de gente -pues lo sentía  por  el bullicio que entraba por la ventana- yo estaba sentada en mi mesa de escritorio repasando unos cuantos temas de Derecho Civil cuando de pronto mi estudio fue interrumpido por el timbre de la puerta.

La casa en la que vivía era un inmueble antiguo  que carecía de portero automático por lo que cuando llamaba alguien había que abrirle bajando los cuatro pisos que separaban la puerta de mi casa del portal. 
Por aquel entonces -un mes antes- habíamos recibido la visita de un señor - constructor- que se presentó, de golpe  y sin avisar, en nuestra casa asegurando que era el nuevo propietario de todo el inmueble - cinco pisos y un bajo- y que teníamos que abandonar el piso pues el inmueble iba a ser reformado. 
La noticia no nos cayó bien pues llevábamos viviendo en el piso desde hacia más de veinte años y lo habíamos acondicionado, preguntándole en más de una ocasión a su dueña si nos lo podía vender y respondiendo ésta que no se vendía que no tendríamos ningún problema porque la relación contractual seguiría ya que eramos muy buenos inquilinos.

Pero la situación cambió y un buen día la señora decidió vender no solo un piso sino todo el inmueble cogiéndonos por sorpresa y presentándose el Sr constructor con mucha chulería un día con nocturnidad y por sorpresa. Sin darnos ninguna opción y amenazándonos con que deberíamos dejar el piso en el plazo de un mes y que tendríamos noticias de él por carta.

Pues bien la explicación surge para poneros en situación a lo que os voy a contar.

Como os dije era un sábado en el que como tantos otros estaba estudiando cuando de pronto sonó el timbre. Al mirar por la ventana no conseguí ver a nadie esperé un rato pero no salía nadie del portal. Asi que entré de nuevo en la casa  y cuando iba hacia mi cuarto, de nuevo, volvió a sonar el timbre pero también de nuevo no vi a nadie por la ventana. Lo que sí me percaté es de que había una motocicleta de reparto de correos aparcada en la esquina de la acera así que pensé ¡¡ LA CARTA!!. ¡ Quizás quien está llamando es el cartero con  el burofax de la notificación del constructor "invitándonos" a marchar!.
Me apresuré a buscar unas llaves, corrí escaleras hacia abajo atabiada con mi bata de nubes blancas y cuando llegué al portal este estaba cerrado. Lo abrí y pude comprobar como el cartero llevaba una carta en sus manos. Me acerqué a él y le pregunté si eramos los destinatarios y estaba en lo cierto era el burofax que esperábamos. Recogí la notificación y de vuelta a casa    ¡¡HORROR!! El portal estaba cerrado y justo en el llavero que cogí faltaba  la llave del portal.
Imaginaros la situación yo en medio de una Avenida llena de gente, carta en mano, sin llave, con mi bata de nubes blancas, una camisola roja de rayas con dos ositos, un pantalón hindú verde  por ropa y unas zapatillas por zapatos.




Sin pensarlo saqué la bata de nubes blancas y me quedé con la camisola, el pantalón y las zapatillas. ¿Que iba a hacer sino? . ¿Esperar fuera en la acera hasta que viniera alguien a abrir? Pues no. Seguí adelante Avenida hacia abajo, pasé por varias calles, de ruta "turística" hasta llegar a la tienda que por aquel entonces tenía mi madre para resguardarme y entregarle la carta. 

Cuando me vieron llegar en pijama no se lo creían jajaja.  Luego les di penita por lo sucedido pero la verdad es que tiene su toque divertido. No sé la cara que debía tener la gente cuando me vio pasear así pero ni me paré a mirar ni me importa - al fin y al cabo no iba desnuda y no me iban a multar por ir en pijama por la calle-. 

Lejos de coger un trauma y aprender la lección de no andarás en casa por pijama por si llaman... desde aquel día si antes ya había un gran vínculo entre mi pijama y yo, tras pasearlo por la ciudad,  la relación se consolidó y somos inseparables. 

Tengo muchos pijamas y todos los días antes de ducharme selecciono el que me apetece poner. Además sigo abriendo en bata y pijama a los que llaman. Bueno he de confesar que no abro a todo el mundo.... Primero miro por la mirilla y si es algo de alguna promoción de Telefonía, Gas o algo comercial no suelo abrir porque yo no les voy a contratar nada y no quiero hacerles perder el tiempo. Si no paran de llamar tengo un as bajo la manga



-¿Quién es?. Les pregunto.

Como aún tengo voz de niña me preguntan 

 -¿Están tus papis en casa? 

Y les respondo que en estos momentos no se encuentran en casa a lo que me contestan que entonces ya volverán. jijiji

Espero que os haya gustado la historia y que os sacara alguna sonrisa. Os deseo una maravillosa semana.

Y recordad pase lo que pase no perdáis la sonrisa : SED FELICES!! :) 


 P.d: Cualquier día me veis por los Juzgados o en el TS en pijama.... Todo se andará 






6 comentarios:

  1. A mi también me encantan los pijamas. Hay días, sobre todo los que se hacen largos, en los que estoy deseando llegar a casa, ducharme y ponerme el pijama como forma de relax y bienestar ¡Hay que reconocer que esta prenda es un gran invento!

    Muy divertida tu historia. Espero que estudies mucho con tus queridos pijamas, particularmente si es con el del Gato de Cheshire ;)

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    1. Estoy contigo en que el pijama es un gran invento :) y he de confesarte que alguna vez he bajado a la farmacia con el abrigo puesto y el pijama debajo. ¡y que haría yo sin los pijamas! jajaja

      El del gatito de Cheshire es muy cuqui porque el gatito es muy resabido y me encantan los gatos ^^

      Un gran abrazo y ánimo con todo ;)

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  2. Aquí otra que le encantan los pijamas :D

    En realidad, incluso me encantaría estar las horas de estudio en pijama, pero por la mañana me tengo que vestir para ir a bajar a mi pequeño perruno jeje y después intento no ponérmelo nunca para estar más despierta en el estudio, porque si no lo paso realmente mal pensando en la cama jeje

    Muy buena la historia :) y en cuanto a lo de no abrir a los comerciales que llaman a la puerta, yo tampoco los abro y también tengo un truco para no hacerlo, que es dejar a mi perro que ladre como loco, así se van rápido para no molestar a todos jeje

    ¡¡Un saludo!! ¡¡Y mucho ánimo!!

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    1. Hola Sadriña!!
      ¿ Tiene un perrito? Me encantan los animales. Yo tengo una gatita ^^ no ladra pero es bastante perruna muerde y juega a veces como un perrito jijiji

      A los comerciales me da pena no poder atenderlos porque están haciendo su trabajo pero si no les voy a comprar ni contratar nada es una perdida de tiempo.

      Te mando un gran abrazo! Y a continuar con ánimo nuestro camino :)

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  3. que viva el pijama !!! yo también soy de estar en casa en pijama, no puedo estar con ropa de calle , así que me pasa como a ti cuando viene alguien o laman a la puerta les atiendo en pijama jajaja que agustico , hasta en mi época de facultad allá por el 96-02 jajaj he ido a clases en pantalón de pijama, algunos dan el cante ;) jo que recuerdos jajaja
    animo con el estudio
    ya nos tendrás que hacer un report de tus pijamas preferidos ;)

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    1. Que VIVA!! jijiji
      jajajaj me recuerdas a mi!! El último examen de la carrera recuerdo que fue Derecho Mercantil y estaba tan impaciente por ver la nota que un día estaba en casa y le dije a mi hermana si me acompañaba hasta la facultad a ver si había salido la nota. Era ya tarde por la tarde y no había salido de casa así que me fui en el coche con mi hermana y yo en pijama jajajaj

      Tomo nota del report ;)

      Un gran abrazo y ánimo con el estudio :)

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